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jueves, 1 de octubre de 2015

Hoy, día de Teresita del Niño Jesús. Vivió en el tiempo en que ya existía la cámara de fotos. Su hermana Celina pudo fotografiar diversos momentos de su vida.
Elegí una imagen para rezar con la Santa que nos ha enseñado a amar a Dios en lo ordinario, sencillo con total abandono.
Mirá una de las imágenes y pedile a ella que ilumine tu vida.






sábado, 22 de agosto de 2015

Mensaje para el catequista en su día

Si sos catequista y pasás por este blog, te dejo un lindo mensaje para vos. Para pensar bien cuál es tu tarea y tu misión dentro de la Iglesia.

El que te habla es Mons. Ojea, obispo de la diócesis de San Isidro.
Espero que te guste.
¡Felíz día del catequista!


lunes, 3 de agosto de 2015

Historia animal

El mal que acecha - Libertad - Inconciencia - Pecado - Responsabilidad- Tocar fondo - No hacer pie - Culpa - Liberación - Perdón - Sanación -



Tratá de relacionar estas palabras con esta historia animal para aplicarlo a tu propia vida. A veces, no pasa lo mismo, ¿no?

Escribí una historia de pecado y liberación con algo que te haya pasado a modo de revisión de vida.




domingo, 2 de agosto de 2015

Un día especial

Hay gente que se anima a celebrar la vida de otros.
¿Y vos celebrás la vida?

Tal vez este video te anime para hacer cosas semejantes.




 Actividad con el video:

¿Qué cosas he hecho por los demás en este año?

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¿Me animo a hacer algo parecido?

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¿Quién me ha dado ejemplo de cosas semejantes?

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¿He recibido un amor que me ha animado a amar de la misma manera? ¿Cuando?

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¿A través de qué cosas celebro la vida de los demás? Poner algunos ejemplos.

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sábado, 11 de julio de 2015

San Benito. Para saber más acerca del santo

San Benito Abbad, un gran santo nacido en Nursia, región de Umbría, hacia el año 480.
Después de haber recibido en Roma una adecuada formación, comenzó a practicar la vida eremítica en Subiaco, donde reunió a algunos discípulos; más tarde se trasladó a Casino. Allí fundó el célebre monasterio de Montecasino y escribió la Regla, cuya difusión le valió el título de patriarca del monaquismo occidental.
Murió el 21 de marzo del año 547, pero ya desde finales del siglo VIII en muchos lugares comenzó a celebrarse su memoria el día de hoy.
Muchísimos monasterios se rigen por su regla, cuya practica ha sido instrumento de Dios para la santificación de tantos cristianos.
La Medalla de San Benito es un signo sagrado muy difundido entre los católicos. Presenta de un lado la imagen de San Benito Abad, y del otro la Cruz de Cristo. Sobre la Cruz y a su alrededor se leen las iniciales de una oración ó exorcismo. La Medalla de San Benito recuerda a los fieles que la llevan consigo la presencia constante de Dios y su protección. El significado de las iniciales es el siguiente:
"Cruz del Santo Padre BenitoLa Santa Cruz sea mi luz,no sea el demonio mi guía.¡Apártate, Satanás!no sugieras cosas vanas,maldad es lo que brindas,bebe tú mismo el veneno."
Que este gran santo de la Iglesia, interceda especialmente por cada uno, y nos ayude a vivir con el corazón puesto en Dios.
BREVE HISTORIA DE LA MEDALLA DE SAN BENITO
• En la Vida de San Benito escrita por el Papa Gregorio Magno, el abad Benito manifiesta una especial devoción hacia la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, signo de salvación.
En uno de los milagros narrados por su biógrafo, un vaso que contenía veneno se quiebra cuando San Benito hace la señal de la cruz sobre él.
En otra oportunidad, uno de sus discípulos se siente perturbado por el maligno, y el santo le manda hacer la señal de la cruz sobre su corazón para verse librado.
En su "Regla de los monjes", San Benito indica que cuando un monje iletrado presenta su carta de profesión monástica ante el altar, debe usar como firma una cruz.
Estos y otros muchos indicios invitaban a los discípulos del abad Benito a considerar la Cruz como una señal bienhechora que simboliza la pasión salvadora de Cristo, por la cual fue vencido el poder del mal y de la muerte.
• Las investigaciones históricas sobre el origen de la Cruz-Medalla de San Benito han mostrado que su difusión comenzó probablemente en la región de Baviera (sur de Alemania) hacia el año 1647.
En esa época, durante un proceso judicial, unas mujeres consideradas hechiceras declararon que no habían podido dañar a la cercana Abadía de Metten, porque estaba protegida por el signo de la Cruz.
En dicho monasterio se hallaron pinturas con representaciones de la Cruz junto a las iniciales que acompañan hoy a la Medalla.
Pero esas letras no pudieron ser interpretadas hasta que, en un manuscrito de la biblioteca del monasterio, se encontró la imagen de San Benito junto a la oración compuesta por las iniciales.
En realidad, un manuscrito más antiguo procedente de Austria (siglo XIV), que aún se conserva, parece haber sido el origen de la imagen y de la oración.
A pesar de que en el siglo XVII Medalla del Jubileo algunos la tuvieron por supersticiosa, debido justamente a las enigmáticas iniciales que acompañaban a la imagen, en el año 1742 el Papa Benedicto XIV aprobó el uso de la Cruz-Medalla de San Benito para todos los fieles.
• En el siglo XIX se dió un renovado fervor por la Medalla de San Benito. En los trabajos escritos de Dom Prosper Guéranger, abad de Solesmes, y de Dom Zelli Iacobuzzi, monje de San Pablo Extramuros, se estudia detenidamente el origen y la historia de la medalla.
Desde este último monasterio, ubicado en Roma, foco de irradiación benedictina, se difundió también la devoción a la Medalla.
La representación más popular de la misma es la llamada "medalla del jubileo", diseñada en la Abadía de Beuron, y acuñada especialmente para el Jubileo benedictino del año 1880, conmemoración de los 1400 años del nacimiento de San Benito Abad.
Los abades benedictinos de todo el mundo se reunieron para aquella ocasión en la Abadía de Montecassino, y desde allí la Medalla de San Benito se diseminó por todo el mundo.

viernes, 10 de julio de 2015

Discurso de Steve Jobs en la Universidad de Stanford



Cuando uno se pregunta ¿para qué está en este mundo? ¿por qué cosas vale la pena vivir? ¿qué hago con las cosas que siento como vocación? debe escuchar este famoso y memorable discurso del creador de Apple. Steve Jobs





Cuestionario para reflexionar el discurso de Steve Jobs

  1.   ¿Cuáles son las tres historias que se propone contar?
  2.   ¿A qué se refiere con conectar los puntos hacia atrás? 
  3.   Steve Jobs te dice: “Tienes que encontrar lo que amas, seguir buscando y no conformarse” ¿Que le sucedió para arribar a esa conclusión? 
  4.   ¿Según Jobs, cuál es el mejor invento de la vida? ¿Te animás a decir por qué? 
  5.   El catálogo de toda la tierra termina con una frase que sintetiza el mensaje de Steve Jobs. ¿Cuál es?

martes, 7 de julio de 2015

¿Te animás a rezar con palabras de otros?

Animate a armar tu oración con frases de un grafitti muy especial.
Encontrarás cosas positivas y negativas puestas por algunos jóvenes.
¿Que sentís en tu corazón cuando lees estas cosas?






Cambiar nuestras actitudes cuesta, pero no cambiar nos puede costar mucho más.
A veces Dios nos pide un poco de humildad para que podamos cambiar el corazón.

Atrevete a armar tu oración con palabras de otros. Podés usar una frase o una palabra e incorpararla a tu oración para pedir, interceder, agradecer o alabar a Dios.

Señor Jesús .....................................................................................................................................
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Misa del Papa Francisco en Guayaquil

La misa y la homilía del Papa Francisco


lunes, 6 de julio de 2015

El Papa Francisco en Ecuador


Llegada del Papa Francisco a Ecuador.

Quino te hace pensar

Para pensar en nuestro mundo.
¿En qué mundo vivís?


"Yo tengo un sueño"

 Te paso un lindo y memorable discurso sobre la tolerancia y la discriminación.
 Del Pastor Martin Luther King.


Primera parte



Segunda parte







Actividad con los videos: cuestionario para responder.
  1. ¿Cuál es el prócer americano que se invoca al comienzo del discurso?
  2. ¿Por qué te parece que lo menciona?
  3. ¿A qué le llama el pagaré que han firmado "los arquitectos" de la república? 
  4. ¿Qué garantías deberían guardarse en ese pagaré?
  5. ¿Qué es lo que no se podría permitrir o toloerar en la lucha por la dignidad y libertad de los negros?
  6. Poner algunos ejemplos de discriminación racial citados por Martin Luther King
  7. ¿Cuál de todos los sueños que tiene Martin Luther King te conmueve?


Testimonios de Jóvenes Cristianos

Les paso algunos testimonios de Jóvenes de Buenos Aires.
Ellos te cuentan por qué lo siguen a Jesús.


¿Qué es la Docrtina Social de la Iglesia?

Introducción: Naturaleza de la Doctrina Social de la Iglesia

n  ¿Qué es la Doctrina Social?




Naturaleza de la Doctrina Social de la Iglesia (DSI)

n  Esa Reflexión tomó una determinada forma en un momento de la historia. (1891). A partir de entonces la Iglesia le habla, primero a sus fieles y luego al mundo de un modo nuevo.
n  Los obispos y en especial el Papa, (el primero en hacerlo fue León XIII) empezaron a componer declaraciones oficiales o documentos con un fuerte  contenido de problemática social.
n  Tratando de vincular las enseñanzas de Jesús a la realidad social nace la Doctrina Social de la Iglesia


Resumen:

n  Doctrina: conjunto de enseñanzas
n  Social: hace referencia a las relaciones entre las personas.
(familia, educación, trabajo, economía, política, cultura)
n  De la Iglesia: Nace de la reflexión del Papa y/o los obispos que son los                pastores que guían a la comunidad de cristianos. Ellos pueden pedir           colaboración al resto de los fieles para          elaborar un documento.


Contenidos de la DSI:

¿De que trata?

  La DSI contiene principios, criterios y otirntaciones para la actuación del creyente en la tarea de trasnfomar el mundo según el proyecto de Dios. (Doc. De Santo Domingo, n° 158)
 Aclaración: No me dice lo que tengo que hacer, sino que me orienta. La decisión siempre la tiene el cristiano y su conciencia. Como lo hace una madre con su hijo, así hace la Iglesia cuando le habla a sus fieles. Importante: Sobre esto último la Iglesia señalará en sus documentos que cosas son objetivamente malas para la vida de las personas y tiene la obligación de decirlo y señalarlo como lo han hecho los profetas en la antiguedad. Es decir, señala y orienta; aconseja y muestra dónde hay valor humano, donde está el pecado y cual es el camino que propone Jesús para vivir cristianamente hoy en día.


Contenidos de la DSI ¿De qué trata? (continuación)
Algunos temas específicos:


n  Economía
n  El trabajo
n  La política, el estado, las ideologías, la justicia social.
n  El desarrollo de los Pueblos.
n  El uso razonable de los recursos naturales.
n  La dignidad de la persona humana.
n  La desigualdad social entre ricos y pobres.
n  La marginación, los inmigrantes y los grandes problemas sociales.
n  La familia y los hijos.
n  La vida humana en riesgo.
n  La cultura, la educación.
n  La comunicación, la información.
n  Etc…


Fuentes de la DSI:
 ¿De dónde se nutre?

n  De la Sagrada Escritura, la Biblia. La Palabra de Dios, escrita. Sobre todo las enseñanzas de Jesús.
n  La enseñanza de los padres de la Iglesia, antiguos maestros de la fe de los primeros siglos del cristianismo: (San Agustín, San Jerónimo, San Gregorio, San Leon Magno, etc…)
n  De las enseñanzas de los grandes teólogos y pensadores europeos, latinoamericanos, y de otras ramas del saber.
n  Del magisterio de la Iglesia de otros tiempos, de la enseñanza de antiguos pastores que hablaron de la cuestión social (León XIII, Pío XI, Juan XXIII, Pablo VI, Juan Pablo II, ect …)


Metodología de la DSI:
¿cómo reflexiona?

La metodología con la cual se hace esta reflexión social, fue cambiando con el tiempo. Pero está fuertemente determinada por un esquema de tres momentos:

n  Ver  (observar las realidades sociales de cada tiempo)
n  Juzgar (detectar un antivalor o injusticia social,  marcarlo o denunciarlo)
n  Actuar (orientar a los cristianos para la acción)


Principios y Valores Permanentes
(para toda la materia a lo largo del año):

  1. Dignidad de la persona humana. Fundamentos de la dignidad personal. Visión cristiana del hombre. Concepto de ser humano. Otras visiones del ser humano.
  2. La Socialización.
  3. El bien común, fundamento del orden social.
  4. Solidaridad, subsidiaridad y participación como principios reguladores de la vida social.

Síntesis de los principios de la Doctrina Social



Principios de la Doctrina Social.

Principio general.

Dignidad de la persona humana.

            El principio enseña básicamente que la persona humana tiene una dignidad (un valor) que no es relativo a ningún otro (valor) por más bueno y necesario que sea. Es decir, que la persona es un fin en sí mismo y no un medio. Por lo que  su dignidad es tan importante, que no puede ser negociada por ninguna otra cosa. ¿En qué se basa este valor humano que llamamos dignidad? Se basa en sus propias características que lo definen como humano:

  • Un ser único e irrepetible: Llamado a ser persona y desarrollar su ser personal.

  • Un ser llamado a un destino trascendente: Nuestra sed de felicidad no puede resolverse en este mundo. El hombre construye el Reino de Dios empezando en la Tierra y dirigido hacia un destino final.

  • Un ser con cuerpo y alma: Síntesis de la creación, no es una parte más de la naturaleza sino que es superior a ella. El cuerpo humano no es un agregado más, sino algo constitutivo de su propia naturaleza. A través de su cuerpo el hombre expresa sus sentimientos y manifiesta ser un algo superior a los seres inanimados. Su cuerpo no es despreciable lo mismo que su alma.

  • Un ser con inteligencia y sabiduría: Descubre el sentido de la vida, utiliza su inteligencia para dominar el mundo que le rodea, y su sabiduría para humanizar el uso de las cosas. Tener capacidad para conceptualizar las cosas en su intelecto y tomar conciencia de su propia existencia es algo que lo hace único frente a las demás cosas creadas.

  • Un ser con conciencia moral: Tiene una ley en su corazón, inexplicablemente distingue entre el bien y el mal, obra conforme a lo que es recto y justo, busca la verdad para corregir su juicio. Su conciencia es un lugar íntimo y sagrado para él.

  • Un ser libre: Es lo más humano de la condición del hombre. Es el acto propiamente humano y el punto más elevado de su dignidad. Dios le confirió el don de elegir su propio camino. Por eso decimos que el hombre es causa suya y se autodetermina mediante la libertad.

Principios reguladores de la vida social

La socialización.
Todos los hombres son llamados al mismo fin: Dios. Existe cierta semejanza entre la unión de las personas divinas y la fraternidad que los hombres deben instaurar entre ellos, en la verdad y el amor (cf GS 24, 3). El amor al prójimo es inseparable del amor a Dios.
La persona humana necesita la vida social. Esta no constituye para ella algo sobreañadido sino una exigencia de su naturaleza. Por el intercambio con otros, la reciprocidad de servicios y el diálogo con sus hermanos, el hombre desarrolla sus capacidades; así responde a su vocación (cf GS 25, 1).
Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que supera a cada una de ellas. Asamblea a la vez visible y espiritual, una sociedad perdura en el tiempo: recoge el pasado y prepara el porvenir. Mediante ella, cada hombre es constituido ‘heredero’, recibe ‘talentos’ que enriquecen su identidad y a los que debe hacer fructificar (cf Lc 19, 13.15). En verdad, se debe afirmar que cada uno tiene deberes para con las comunidades de que forma parte y está obligado a respetar a las autoridades encargadas del bien común de las mismas.
Cada comunidad se define por su fin y obedece en consecuencia a reglas específicas, pero ‘el principio, el sujeto y el fin de todas las instituciones sociales es y debe ser la persona humana’ (GS 25, 1).

Bien común.
Por bien común, es preciso entender ‘el conjunto de aquellas condiciones de la vida social que permiten a los grupos y a cada uno de sus miembros conseguir más plena y fácilmente su propia perfección’ (GS 26, 1; cf GS 74, 1). El bien común afecta a la vida de todos. Exige la prudencia por parte de cada uno, y más aún por la de aquellos que ejercen la autoridad. Comporta tres elementos esenciales:
Supone, en primer lugar, el respeto a la persona en cuanto tal. En nombre del bien común, las autoridades están obligadas a respetar los derechos fundamentales e inalienables de la persona humana. La sociedad debe permitir a cada uno de sus miembros realizar su vocación. En particular, el bien común reside en las condiciones de ejercicio de las libertades naturales que son indispensables para el desarrollo de la vocación humana: ‘derecho a... actuar de acuerdo con la recta norma de su conciencia, a la protección de la vida privada y a la justa libertad, también en materia religiosa’ (cf GS 26, 2).
En segundo lugar, el bien común exige el bienestar social y el desarrollo del grupo mismo. El desarrollo es el resumen de todos los deberes sociales. Ciertamente corresponde a la autoridad decidir, en nombre del bien común, entre los diversos intereses particulares; pero debe facilitar a cada uno lo que necesita para llevar una vida verdaderamente humana: alimento, vestido, salud, trabajo, educación y cultura, información adecuada, derecho de fundar una familia, etc. (cf GS 26, 2).
El bien común implica, finalmente, la paz, es decir, la estabilidad y la seguridad de un orden justo. Supone, por tanto, que la autoridad asegura, por medios honestos, la seguridad de la sociedad y la de sus miembros. El bien común fundamenta el derecho a la legítima defensa individual y colectiva.
Si toda comunidad humana posee un bien común que la configura en cuanto tal, la realización más completa de este bien común se verifica en la comunidad política.
Corresponde al Estado defender y promover el bien común de la sociedad civil, de los ciudadanos y de las instituciones intermedias.
El bien común está siempre orientado hacia el progreso de las personas: ‘El orden social y su progreso deben subordinarse al bien de las personas... y no al contrario’ (GS 26, 3). Este orden tiene por base la verdad, se edifica en la justicia, es vivificado por el amor.

Participación y responsabilidad.
La participación es el compromiso voluntario y generoso de la persona en los intercambios sociales. Es necesario que todos participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que desempeña, en promover el bien común. Este deber es inherente a la dignidad de la persona humana.
La participación se realiza ante todo con la dedicación a las tareas cuya responsabilidad personal se asume: por la atención prestada a la educación de su familia, por la responsabilidad en su trabajo, el hombre participa en el bien de los demás y de la sociedad (cf CA 43).
Los ciudadanos deben cuanto sea posible tomar parte activa en la vida pública. Las modalidades de esta participación pueden variar de un país a otro o de una cultura a otra. “Es de alabar la conducta de las naciones en las que la mayor parte posible de los ciudadanos participa con verdadera libertad en la vida pública” (GS 31).
La participación de todos en la promoción del bien común implica, como todo deber ético, una conversión, renovada sin cesar, de los miembros de la sociedad. El fraude y otros subterfugios mediante los cuales algunos escapan a la obligación de la ley y a las prescripciones del deber social deben ser firmemente condenados por incompatibles con las exigencias de la justicia. Es preciso ocuparse del desarrollo de instituciones que mejoran las condiciones de la vida humana (cf GS 30).
Corresponde a los que ejercen la autoridad reafirmar los valores que engendran confianza en los miembros del grupo y los estimulan a ponerse al servicio de sus semejantes. La participación comienza por la educación y la cultura. “Podemos pensar, con razón, que la suerte futura de la humanidad está en manos de aquellos que sean capaces de transmitir a las generaciones venideras razones para vivir y para esperar” (GS 31).

Solidaridad humana.
El principio de solidaridad, expresado también con el nombre de ‘amistad’ o ‘caridad social’, es una exigencia directa de la fraternidad humana y cristiana (cf SRS 38-40; CA 10):
La solidaridad se manifiesta en primer lugar en la distribución de bienes y la remuneración del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden social más justo en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y donde los conflictos encuentren más fácilmente su solución negociada.
Los problemas socioeconómicos sólo pueden ser resueltos con la ayuda de todas las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí, de los ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y los empleados, solidaridad entre las naciones y entre los pueblos. La solidaridad internacional es una exigencia del orden moral. En buena medida, la paz del mundo depende de ella.
La virtud de la solidaridad va más allá de los bienes materiales. Difundiendo los bienes espirituales de la fe, la Iglesia ha favorecido a la vez el desarrollo de los bienes temporales, al cual con frecuencia ha abierto vías nuevas. Así se han verificado a lo largo de los siglos las palabras del Señor: ‘Buscad primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura’ (Mt 6, 33):

Subsidiariedad.
 Algunas sociedades, como la familia y la ciudad, corresponden más inmediatamente a la naturaleza del hombre. Le son necesarias. Con el fin de favorecer la participación del mayor número de personas en la vida social, es preciso impulsar, alentar la creación de asociaciones e instituciones de libre iniciativa ‘para fines económicos, sociales, culturales, recreativos, deportivos, profesionales y políticos, tanto dentro de cada una de las naciones como en el plano mundial’ (MM 60). Esta ‘socialización’ expresa igualmente la tendencia natural que impulsa a los seres humanos a asociarse con el fin de alcanzar objetivos que exceden las capacidades individuales. Desarrolla las cualidades de la persona, en particular, su sentido de iniciativa y de responsabilidad. Ayuda a garantizar sus derechos (cf GS 25, 2; CA 12).
“La socialización presenta también peligros. Una intervención demasiado fuerte del Estado puede amenazar la libertad y la iniciativa personales. La doctrina de la Iglesia ha elaborado el principio llamado de subsidiariedad. Según éste, ‘una estructura social de orden superior no debe interferir en la vida interna de un grupo social de orden inferior, privándole de sus competencias, sino que más bien debe sostenerle en caso de necesidad y ayudarle a coordinar su acción con la de los demás componentes sociales, con miras al bien común’ (CA 48; Pío XI, enc. "Quadragesimo anno").
Dios no ha querido retener para El solo el ejercicio de todos los poderes. Entrega a cada criatura las funciones que es capaz de ejercer, según las capacidades de su naturaleza. Este modo de gobierno debe ser imitado en la vida social. El comportamiento de Dios en el gobierno del mundo, que manifiesta tanto respeto a la libertad humana, debe inspirar la sabiduría de los que gobiernan las comunidades humanas. Estos deben comportarse como ministros de la providencia divina.
El principio de subsidiariedad se opone a toda forma de colectivismo. Traza los límites de la intervención del Estado. Intenta armonizar las relaciones entre individuos y sociedad. Tiende a instaurar un verdadero orden internacional.

Principios específicos.
Principios de bioética.

  • El de autonomía supone básicamente el respeto hacia todas las personas, asegurándoles la autonomía necesaria para que actúen por si mismas, es decir, como dueños de sus propias decisiones, aún tratándose de personas enfermas. Actuar con autonomía siempre implicará responsabilidad y es un derecho irrenunciable, como les dije, aún en la enfermedad. En el contexto médico, entonces, el profesional de la medicina, siempre deberá respetar los valores y preferencias del enfermo porque se trata de su propia salud.

  • El principio de beneficencia le señala al médico la obligación de actuar siempre en beneficio de los otros, la cual asume inmediatamente de convertirse en tal. La beneficencia implica promover el mejor interés del paciente pero sin tener en cuenta su opinión, porque claro, este no tiene los conocimientos necesarios para resolver su estado como si los tiene el médico.

  • Por su lado el principio de no maleficencia establece el abstenerse intencionadamente de realizar acciones que puedan causar daño o perjudicar a otros. Puede ocurrir en algunas circunstancias que en la búsqueda de esa solución para el paciente se incurra en un daño, en este caso, entonces, no hay una voluntad de hacer daño, el tema pasará por evitar perjudicar innecesariamente a otros. Esto implicará al médico ostentar una formación técnica y teórica adecuada y actualizada, investigar acerca de tratamientos, procedimientos y terapias nuevas, entre otras cuestiones.

  • Y finalmente el principio de justicia que implicará el brindar un trato igual a todos para de esta manera reducir las desigualdades sociales, económicas, culturales, ideológicas, entre otras. Aunque no debería ser así, es sabido, que a veces, el sistema sanitario de algunos lugares del mundo privilegia la atención de unos y desmerece la de otros tan solo por una situación social o económica, entre las más recurrentes, entonces, esto es a lo que apunta este principio de justicia.